foto autoraVemos como la sociedad, nuestro entorno, va evolucionando en todos los sentidos. Aunque algunas evoluciones resulten negativas como: el cambio climático o, a nivel social, el aumento de agresividad y el incremento de una vida cada vez más frenética que conlleva estrés i otras patologías asociadas que, a su vez, hace que no nos percatemos de las evoluciones positivas.

Esas que nos ayudan a mejorar y avanzar también en todos los ámbitos. Son evoluciones producidas, en primera instancia, por las personas. Aunque sean a través de políticas, acciones, tecnologías, fármacos o productos. Pero lo que hace que cambien las cosas es la actitud activa de las personas.

En ese sentido, las personas con discapacidad, tenemos mucho que decir y que hacer. Porque una postura activa, tanto para dentro (mejorando nuestro interior) como hacia fuera (impulsando el cambio), genera esa evolución en positivo.

¿Por qué de qué sirve la lamentación de las situaciones si no hacemos nada para cambiarlas? Sólo la actitud activa de uno mismo junto al entorno, impulsará el cambio.
Por mucho que lamentemos no poder salir, no encontrar trabajo, que no es accesible un sitio donde queremos ir o que no nos dejan decidir tal cosa; la lamentación, el enfado o la tristeza no las cambiaran. Sé que son situaciones dispares y mil más que se me ocurren, pero todas con un factor en común: si ante ellas no tomamos una actitud activa y resolutiva, su evolución no variará de manera positiva.

Por ello, es recomendable tener en cuenta estas 6 pautas:

  • Nadie cambiará tu situación por ti. Deja el lamento y busca alternativas.
  • Cree en ti. Tu entorno te conoce, pero no tanto como tu mismo/a, intenta hacer aquello que quieres. Muchas veces el único límite está en tu mente y a veces en la del entorno.
  • Demuestra que lo puedes hacer. Pensar: “como no me dejan, no lo intento,” No disminuirá la sobreprotección del entorno. Pide hasta la saciedad que te lo dejen intentar, persiste.
  • Busca alternativas. Si hay cosas que ves imposible de cambiar o hacer, busca soluciones. Hombre, si vas en silla y quieres ser bombero, mejor cambia de sueño. Se ha de ser constante a la par que realista.
  • Quéjate de aquello no accesible. La inaccesibilidad pasa desapercibida, la necesidad de la accesibilidad beneficia a todos. No te calles, informa de la normativa y haz el tramite de queja. Sólo así mejorará la concienciación y la sensibilización hacia la accesibilidad.
  • Tomate los fracasos como aprendizajes, remonta. Aunque caigamos 50 veces, nos digan que no 100 veces y nos frustremos 1001 veces, hay que seguir adelante, intentando las cosas. Sólo así logramos una evolución positiva.

¿Y en qué nos beneficia ser agentes activos?

A nivel personal:

  • Aumenta nuestra autodeterminación. El poder tomar decisiones por nosotros mismos/as.
  • Mejora la confianza en nosotros. Nos damos cuenta que podemos hacer y cambiar cosas.
  • Beneficia a nuestra calidad de vida. El estar activos ya sea mental como físicamente fomenta nuestra salud y la autonomía.
  • Incrementa nuestra autoestima. Nos percatamos que podemos mejorar y contribuir a la mejora del entorno.
  • Aumenta la tolerancia a la frustración. Vemos salida después de un fracaso, buscando soluciones o alternativas.

A nivel social:

  • Podemos ser partícipes de los cambios.
  • Hacemos visibles nuestras necesidades.
  • Indicamos mejoras en accesibilidad y en inclusión.

Y es que, como digo, siendo agentes activos, contribuimos a la evolución positiva de la sociedad y a la nuestra propia.

Así que, ante un mal momento, no te pares. Como dice una canción de mi tierra:
Respira, espera,
levántate sin prisas,
Inspira, reponte,
la vida, el mundo te espera.

Vanessa Fuentes
Psicóloga, integradora social, formadora y tecnopedagoga
Web PsicoVan: http://psicovan.hol.es/