foto autora¿Siendo dependiente puedo tener autodeterminación?

Seguramente esta pregunta nos la hagamos internamente algunas personas con discapacidad o, mejor dicho, con un grado de discapacidad que nos hace dependientes de terceros mientras buscamos nuestro espacio y luchamos por ser nosotros mismos.

Es decir, seguramente, inconscientemente, nos surge la duda de si dependiendo de los demás podemos perseguir y conseguir nuestra autodeterminación. Y es que cuántas veces después de pedir o a menudo exigir algo a las personas que nos ayudan, no nos hemos preguntado: ¿tengo derecho a pedirle esto? ¿Estoy abusando de su ayuda? U otras veces nos preguntamos: ¿Aunque necesite ayuda, tengo derecho a decidir por mí mismo/a?

Este coctel de pensamientos y sentimientos hace que en ocasiones no sepamos hasta que punto podemos conseguir esa autodeterminación.

Pero en verdad, esa etiqueta tan de moda sobre todo en diversidad funcional, como es la autodeterminación, ¿qué es?

Pues “aquellas actividades y habilidades que una persona requiere para poder actuar como agente causal primario en su propia vida, así como para hacer elecciones y tomar decisiones respecto a la propia calidad de vida, libre de indebidas influencias externas o interferencias”. Wehmeyer, 1992.

Vamos, lo que viene siendo: decidir por nosotros mismos.

¿Y qué caracteriza a la conducta autodeterminada?

  • Autonomía
  • Autoregulación de la conducta
  • Creencias de control y eficacia.
  • Autoconciencia y Autoconocimiento
  • Poder de decisión.

¿Y eso lo podemos conseguir aun necesitando ayuda para realizar determinadas cosas?

Sí, claro que sí, pero sin quitársela al prójimo. No debemos confundir autodeterminación con autocomplacencia.

La autodeterminación es la creación de nuestra propia identidad tomando decisiones por nosotros mismos en aquello que nos compete, pero sin restarle autonomía a quiénes nos ayudan. Y con esto me planteo: Si decido (autodeterminación) ir de compras y necesito que me acompañe una persona (familiar o amigo) y no le apetece… ¿Me quedo sin llevar a cabo mi decisión? ¿u obligo a esa persona, anulando la suya? ¿Dónde empieza y acaba la autodeterminación de cada uno?

Así, asumiendo que, con frecuencia, en ciertos aspectos, nuestra autodeterminación también puede verse dependiente. Por eso, para conseguirla necesitamos:

  • Recursos asistenciales externos (asistentes personales),
  • Flexibilidad por ambas partes (ayudante y ayudado),
  • En ocasiones, mediación familiar, para que nuestro entorno más próximo tome consciencia que, aunque necesitamos ayuda, tenemos el derecho y el deber de crear nuestra propia personalidad, cogiendo las riendas de nuestro yo.
  • Lo que ayudará a disminuir la sobreprotección que es uno de los factores que a menudo dificulta nuestra autodeterminación.
  • Escuchar y ser escuchado para hallar el equilibrio en la autodeterminación de ambas partes: persona con discapacidad y dependencia física y personas que le ayudan.

Porque la autodeterminación es un derecho de todos y de cada uno. Para obtenerla no hay que quitarla por ninguna de las partes.

Porque como decía Fritz:

«Yo soy yo

Tú eres tú.

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas

Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.

Tú eres tú

Yo soy Yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será maravilloso».

Vanessa Fuentes
Psicóloga, integradora social, formadora y tecnopedagoga
Web PsicoVan