Queridos amigos,

El motivo de esta entrada nada tiene que ver con la espasticidad, sino con la convivencia.

Ayer 17 Julio el atentado que ocurrió en Barcelona nos ha sobrecogido a todos. Gran parte del equipo de Convives esdibujo de la ciudad de Barcelona con crespón negro de allí, una de mis mejores  amigas ( mi hermana por convivencia es de allí) y varios de mis mejores amigos son catalanes. Lo cierto es que cualquier acción que atente contra una vida humana es terrible. Pero siempre o casi siempre lo vemos de «lejos». Ayer nos tocó vivirlo, y  no paro de pensar en que esto acabará cuando todos aprendamos a convivir.

Convivir significa aceptar, respetar y coexistir con situaciones, pero  es esencial que todos convivamos con otras personas. Las diferencias de raza, sexo, religión quedan desvanecidas cuando caemos en la cuenta de que todos somos seres humanos. Todos somos «hijos/as», «hermanos/as» «esposos/as» «novios/as»,»padres y madres» de alguien… Nuestra muerte causará dolor a nuestros seres queridos y más si alguien nos arrebata sin ningún derecho la propia vida…  No puedo ni imaginar el dolor de las personas que ayer fueron victimas del terrorismo, los cientos de heridos y  sus seres queridos, y sobre todo el dolor de los seres queridos de los muertos que ha dejado  está barbarie sin sentido… No puedo ni imaginarlo  y espero no tener que vivirlo jamás.

Esta entrada la escribo sin afán  ni propósito ninguno, simplemente siento el impulso de escribir,pues si el dolor que compartimos todos los españoles es grande, no es comparable al de todas las victimas  del terrorismo y de otros actos de violencia en todo el mundo todos los días…

Está vez nos ha tocado a nosotros, pero esto  sólo acabará cuando todos aprendamos a convivir.  La pregunta del millón es ¿Cuando aprenderemos a convivir? Desde Convives deseamos que sea pronto y que injusticias como la de ayer en Barcelona no se repitan ni en la ciudad condal ni en ninguna parte.

Nuestro apoyo y pésame a las victimas y a sus familiares.

Nuestro agradecimiento a las fuerzas de seguridad del estado, a los servicios médicos etc…

No quiero terminar estas líneas sin decir que las mareas de solidaridad que se han visto en Barcelona, muestran que no todo está perdido y que son las buenas personas las que iluminan este mundo con su bondad. La bondad, esa luz que los asesinos jamas podrán apagar.