foto autorLa vejiga está formada por músculos que se contraen cuando iniciamos la micción a la vez que se relaja el músculo que hace de esfinter a la salida. Cuando se termina de evacuar la orina, la musculatura de la vejiga se relaja y se contrae dicho esfinter. Toda esta coordinación está regulada por el cerebro y la médula espinal.

Cuando la vejiga tiene un volumen de orina determinado, se distienden los músculos que la forman y envían una señal al cerebro, entonces se producirá la sensación de tener ganas de orinar. Voluntariamente contraeremos el esfinter de salida de la vejiga hasta que podamos hacer la micción en un lugar apropiado.

Si se producen lesiones en determinadas áreas del sistema nervioso, el volumen de orina necesario para desencadenar la necesidad de ir al baño, será menor de la normal y, además, se producirá una contracción más intensa de los músculos de la vejiga que, en ocasiones no podremos controlar. Es la llamada “urgencia urinaria”.

Sintomas:

La vejiga neuróngena causa una falta de control sobre la micción, esto hace que se orna o demasiadas veces o demasiado poco; lo que puede traer consecuencias peligrosas.

Los síntomas más frecuentes son:

1.- La orina sale con un flujo débil

2.- Imposibilidad para parar el flujo mientras se orina

3.- Falta de control voluntario sobre el inicio de la micción

4.- Incapacidad para saber cuando la vejiga está llena

5- Infecciones repetidas de orina.

Causas:

Se produce por lesiones del sistema nervioso desde los nervios que inervan a la vejiga, la médula espinal y el cerebro:

1.- Lesiones que causan espasticidad

2.- Esclerosis Múltiple

3.- Lesiones medulares traumáticas y congénitas (espina bífida)

4.- Parálisis infantil

5.- Ictus cerebrales

6.- Enfermedad de Alzheimer

7.- Daño en los nervios espinales, etc…

Hay otras enfermedades que pueden afectar a la musculatura de la vejiga como:

1.- La diabetes

2.- El abuso de alcohol

3.- Cirugía de la pelvis

Es muy fundamental hallar la causa para poder realizar un tratamiento correcto.

Posibles complicaciones:

Debido a que no se es capaz de notar cuando la vejiga está llena, puede haber pérdidas incontroladas y/o que la vejiga no se vacíe en su totalidad. Estos síntomas se denominan retención urinaria.

Esta retención urinaria aumenta el riesgo de infecciones de orina, que si no se controlan bien pueden dañar gravemente a los riñones y a la función renal. Es importante estrechar la vigilancia para que esto no ocurra.

Pruebas diagnosticas:

Además de la historia clínica y del examen médico su médico le puede mandar una serie de pruebas:

1.- Una cistometría que examina la capacidad vesical antes de notar la necesidad de ir a orinar

2.- Una electromiografía para evaluar el tono del esfinter de la vejiga y su inervación

3.- Unas prueba de imagen para ver el cerebro y la médula espinal

4.- Pruebas de imagen para ver los riñones y la vejiga

Tratamientos:

Se recomiendan una serie de tratamientos. Es aconsejable ir a orinar a intervalos regulares, para prevenir una excesiva cantidad de orina en la vejiga. También se deberá de llevar un diario de cuando hay pérdidas involuntarias de orina, lo que permitirá determinar mejor los intervalos a los que ir al baño.

También es importante realizar ejercicios para fortalecer  la musculatura del sueño pélvico (contraer  la  musculatura pélvica durante la micción y después e varios segundos relajarla. Otros métodos son:

1.- La estimulación eléctrica mediante electrodos colocados en la pared vesical. vejiga neurogenaCuando detecten distensión de la vejiga envían mensajes al cerebro para notar la necesidad de orinar.

2.- Fármacos. No hay un tratamiento específico para la vejiga neurógena. Sin embargo, hay fármacos que pueden mejorar la sensación de urgencia urinaria. En la espasticidad con vejiga neurógena la inyección de toxina botulínica en la pared vesical, pude mejorar la sensación la sensación imperiosa de orinar Para más información consultar la  guía «Toxina botulínica: preguntas frecuentes»

3.- La cateterización, en algunos pacientes, puede ser muy útil para asegurar el total vaciamiento de la vejiga. Puede incrementar el riesgo de infecciones urinarias y su médico le puede prescribir antibióticos a baja dosis para minimizar este riesgo.

4.- La cirugía: se pueden colocar “stent”, parecido al de las coronarias, en el esfinter de la vejiga, En ocasiones son útiles los esfínteres artificiales. En cada caso el urologo propondrá al paciente el aparato más adecuado.

Dr. Antonio Yusta Izquierdo
Neurólogo. Unidad de daño Cerebral
Instituto de Enfermedades Neurológicas de Castilla la Mancha
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Imagen cedida por el Dr. Antonio Yusta