Foto del autor¡No es una provocación! El título está escrito a conciencia. Una conciencia crítica con las situaciones de discriminación que golpean sistemáticamente a las personas con discapacidad y que limitan, y destruyen, opciones de vida digna de la mayor parte de la ciudadanía.

Lo venimos denunciando y visibilizando a lo largo de este espacio en el Blog: Tenemos que tomar conciencia de las situaciones sociales que son injustas y de los mecanismos de (re)producción de desigualdades. (Uf, ¡qué pronto he empezado a ponerme serio!).

Pero esto es importante: Tenemos que sacar el cerebro a pasear. Y no es por una cuestión de sabiduría sino por un ejercicio de responsabilidad. De responsabilidad por y con nosotros mismos. Pero también de responsabilidad hacia los demás, hacia lo verdaderamente importante; la convivencia entre todos/as.

Por eso vamos a hablar de la “Inteligencia Social” y su importancia en un mundo de idiotas.

En la entrada anterior hablábamos de “la sociedad del éxito”, tan de moda en la actualidad, donde se premia el individualismo basado en dogmas pseudo-motivacionales del tipo “Si quieres puedes”. Bien, pues ahora vamos a dar un gran salto para pasar de lo tóxico a lo beneficioso: la Inteligencia Social.

La Inteligencia Social tiene que ver con el desarrollo de una combinación de habilidades que nos conduzcan a cooperar entre nosotros. Por tanto, nos distanciamos bastante de la “Sociedad del éxito” donde los triunfos de uno se miden en función de los fracasos de los demás. La Inteligencia Social es mucho más “inteligente”: Más de vosotros, más de mí.

Se trata no solo de llevarse bien con los demás (que tiene que ver con el comportamiento) sino de comprender a los demás. Porque abordar la vida desde una posición empática es una manera más eficaz de acercarse a uno mismo sin distanciarse de los demás.

El mundo que nos rodea es social (sociedades), tiene mecanismos de funcionamiento sociales (normas), las relaciones que se establecen son sociales (comportamientos colectivos)…en resumidas cuentas para ser humanos tenemos que ser sociales, no basta con ser. Necesitamos de los demás para sentir, actuar, vivir…porque incluso lo que uno cree que es, lo cree en función de cómo los demás nos ven.

Pero ¿es posible convivir con Inteligencia Social en un mundo de idiotas? Más que posible, es necesario. Necesitamos de una elevada Inteligencia Social para tomar decisiones. ¿Cualquier tipo de decisiones? Bueno, digamos que para no tomar decisiones estúpidas.

Es evidente que una gran parte de este mundo se está construyendo a fuerza de decisiones estúpidas. Decisiones que se perpetúan a lo lardo de las décadas y que se traducen en situaciones enormemente alarmantes. Como ejemplo algo que conoces bien: casi un 60% de las personas con discapacidad en España viven en pobreza extrema. Por eso, permíteme que como mínimo escriba que sobrevivimos en un mundo de idiotas.

flecha señalando un único caminoEl planeta está en peligro (lo que nos pasa por fuera) pero también están en peligro las personas (lo que nos pasa por dentro). El entorno está cimentado bajo premisas absurdas y tremendamente peligrosas. La Inteligencia Social es la alternativa para construir un mundo que además de sociables nos haga más sociales. La Inteligencia Social nos exige mayor conocimiento de los puntos de vista de unos y de otros. Significa saber apreciar la diversidad y respetarla. Pero también algo sumamente importante: significa incrementar la diversidad.

Con este nuevo paradigma, pensar en los demás es también pensar en uno mismo.

Quizás en un mundo con Inteligencia Social no haría falta hablar de estas cosas. Pero mientras tanto te invito a construir unidos este camino. Estoy convencido que cooperando estaremos muy pronto juntos para verlo.

Jesús Muyor Rodríguez
Profesor en el Grado de Trabajo Social de la Universidad de Almería.
Director de Innovación, Comunicación y Desarrollo de FAAM Almería.
Twitter de Jesús Muyor
Facebook de Jesús Muyor

Foto: http://www.gratisography.com/