foto del autorLa espasticidad es un trastorno motor asociado a múltiples enfermedades y discapacidades, caracterizada por una alteración del sistema nervioso central que provoca un aumento del tono muscular dificultando y/o imposibilitando total o parcialmente el movimiento de los músculos afectados.

Puede estar presente en discapacidades innatas, (espina bífida) o sobrevenidas, (daño cerebral adquirido), degenerativas, (la esclerosis) o “estables” la (P.C.I). Sin embargo, todos los afectados tienen un punto en común: la necesidad de información, una información veraz e integral, para poder elegir entre las distintas opciones la que considere más adecuada (Convives con Espasticidad)

Tradicionalmente a  los pacientes con espasticidad como al resto se les valoraba, sólo teniendo en cuenta los aspectos clínicos. Sin embargo, afortunadamente la sociedad va cambiando y con ella, las valoraciones médicas. Se ha pasado de valorar al paciente a valorar a la persona y su funcionalidad en su entorno diario. Esto ha sido posible en gran parte gracias a la CIF, sobre ella hablaremos en este artículo.

La Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Salud y la Discapacidad (CIF) es una clasificación de carácter universal que tiene como objetivo homogeneizar y aportar información sobre un lenguaje común entorno al funcionamiento de la persona con discapacidad.

El funcionamiento se entiende como un continum en la vida de la persona, producto de la relación entre una determinada condición de salud y los factores contextuales presentes.

La CIF establece los componentes de este para proporcionar un perfil de funcionamiento compuesto por cuatro pilares fundamentales; las estructuras o partes anatómicas del cuerpo, las funciones, las actividades de la persona en el plano individual y la participación como implicación social. Las estructuras y las funciones mantienen una coherencia propia, mediante equivalencias entre la parte y su función. Las actividades y participación incluyen el mismo contenido, diferenciándose solo por la proyección social que tengan para cada persona. Además incluye como parte fundamental, los factores ambientales y los clasifica como un componente más del funcionamiento (Jornadas Técnicas: Aplicación de la CIF en las entidades ASPACE. Madrid 25,26 de Octubre 2012)

La CIF no clasifica a las personas, describe el estado de salud de cada una de ellas según se desenvuelvan en su entorno.

Foto - Camino largoAl proporcionar un lenguaje común, la CIF ofrece la posibilidad de eslabonar información entre los distintos establecimientos en los que se ofrece la fisioterapia – hospitales, servicios comunitarios, centros de salud mental etc–sea cual fuere el método de prestación o el proveedor del servicio. Se puede utilizar para describir de manera íntegra y coherente el estado de salud de personas que pueden encontrarse con una amplia gama de proveedores, y ayuda a los planificadores de los servicios de salud a obtener una visión exacta del estado de salud de la población.

Los fisioterapeutas y demás profesionales sanitarios están más interesados en el efecto de una afección en una persona que en el mismo diagnóstico. Por ejemplo, la parálisis cerebral  (codificada con una sola cifra en el sistema CIE-10) ofrece muy poca información sobre la persona que la padece. Sin embargo el sistema CIF tiene la capacidad de codificar otras cuestiones de interés para los fisioterapeutas implicados en su cuidado – como por ejemplo si el paciente está más afectado en las extremidades superiores (s730) o las inferiores (s750), o sobre el nivel de ayuda que necesita en el hogar (e310).

La inclusión de información sobre el estado funcional del paciente en los archivos administrativos proporciona una imagen más completa sobre el estado de salud de las personas y las poblaciones. Promueve mayor coherencia en las historias clínicas de los servicios de atención de la salud y los centros de salud de la comunidad. La recopilación habitual de datos sobre el estado funcional en todo el sistema de salud nos permite evaluar los resultados, comparar tratamientos, pronosticar y gestionar los costos asociados con la prestación de los servicios de salud y determinar si se cumplen los requisitos para los programas del gobierno.

El acopio de datos sobre el estado funcional de las poblaciones puede además informar con fines sociales, tal como la seguridad social, pensiones, jubilaciones, el cuidado a largo plazo de las personas de edad, y la educación, empleo, y las políticas de vivienda y transporte para los jóvenes (World Confederation Physical Therapy 2006)

Para más información sobre la CIF consultar el siguiente enlace

Como decimos en Convives:  “Los profesionales nunca debemos olvidar que un paciente bien informado  será  siempre un paciente mejor tratado” y en este sentido la CIF puede contribuir en mejorar esta información facilitada tanto al paciente como a la familia.

Dr. Javier Martínez Gramage.
Universidad Cardenal Herrera CEU. Dpto. Fisioterapia.

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