foto autorCon motivo del Día del Daño Cerebral Adquirido, el próximo 26 de Octubre hemos decido abordar este tema en el primero de los 12 artículos médicos científicos que se redactarán para este boletín por diferentes profesionales.

Se define el daño cerebral sobrevenido como la discapacidad motora, sensorial y neuroconductual, por las lesiones neurológicas generadas después del nacimiento del individuo (no secundarias a alteraciones congénitas ni connatales). Las causas van a depender del grupo de edad de las personas, así en las primeras décadas de la vida los traumatismos cráneo-encefálicos y enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, van a ser las causas más frecuentes. A partir de la sexta década de la vida los accidentes cerebro-vasculares y las enfermedades neurodegenerativas del sistema nervioso van a ser las más predominantes.

En la actualidad el daño cerebral sobrevenido adquiere gran importancia para la salud pública de los países desarrollados, ya que los avances médicos hacen que un mayor número de personas sobrevivan a lesiones agudas del sistema nervioso y, que por tanto, cada vez sea mayor el número de personas con severa incapacidad funcional.

Ni para estas personas que tras la lesión suelen tener importantes limitaciones, ni para sus familias, todavía hay una respuesta adecuadamente coordinada, que resuelva los problemas una vez que la patología aguda se ha estabilizado en los hospitales. Dicha respuesta es compleja y abarca la coordinación de equipos multidisciplinarios de neurólogos, neurorrehabilitadores, médicos internistas, fisioterapeutas, psicólogos, enfermería, asistentes sociales, gestores y asociaciones de pacientes y/o familiares de pacientes.

logo daño cerebralLa coordinación de áreas sanitarias y sociales resulta prioritaria para afrontar con éxito los distintos ámbitos de actuación que comprende el daño cerebral sobrevenido, comenzando por la prevención, los protocolos hospitalarios, la rehabilitación, los cuidados a largoplazo y hasta las estrategias de inclusión social

En la actualidad el mayor los esfuerzos se centran en los aspectos clínicos y en la rehabilitación, sin embargo los esfuerzos dedicados a las consecuencias familiares del problema o la calidad de vida del paciente, son mucho menores.

Se han realizado pocos estudios epidemiológicos para valorar la situación de afectados y sus familiares con sus diversas necesidades de apoyo, preocupaciones, expectativas, así como las limitaciones y aciertos en las experiencias de protección a la dependencia o integración comunitaria.

Los estudios epidemiológicos del daño cerebral sobrevenido tienen una dificultad metodológica importante para llevarse a término. Estas dificultades metodológicas van a ser: la ausencia de criterios homogéneos para definir las lesiones que provocan el daño cerebral y los distintos métodos de estimación de la intensidad del daño cerebral sobrevenido.

En una aproximación, el  accidente cerebro-vascular (ACVA) tiene una incidencia de alrededor de 200-250 /100.000 habitantes y año, de los cuales un 20% queda severamente incapacitado al necesitar ayuda permanente para las actividades de la vida diaria.

En el traumatismo cráneo-encefálico la incidencia de TCE con resultado de discapacidad severa es de 2/100.000 hab./año. (En España unos 820 nuevos casos al año). La incidencia de TCE con resultado de discapacidad moderada es de 4/100.000 hab./año (En España unos 1640 nuevos casos al año). Las secuelas derivadas de estas lesiones (físicas, sensoriales, cognitivas, conductuales) son responsables del 40% de las nuevas grandes minusvalías.

En cuantlogo fedaceo a los perfiles de población afectada, por sexo y edad la probabilidad de tener este tipo de lesiones es más del doble para los hombres que para las mujeres; la mayor incidencia se da entre personas de entre 15 y 24 años y de 75 años o mayores, con otro pico menos importante de incidencia en niños de hasta 5 años.

Entre el 50 y el 75% de estas lesiones cerebrales traumáticas son debidas accidentes de tráfico con vehículos a motor, bicicletas o atropellos de peatones. Los accidentes laborales y las caídas, sobre todo en ancianos y niños muy pequeños, además de la violencia, constituyen las otras causas menos frecuentes.

Es fundamental que la sociedad tome conciencia de estas personas. Se ha dedicado enorme esfuerzo para salvar la vida, pero no basta quedarse ahí. Se deben de articular los mecanismos para una adecuada neurorrehabilitación mediante un equipo multidisciplinar de neurólogos, neurorrehabilitadores, fisioterapeutas, psicólogos, enfermeras/enfermeros, trabajadores sociales, etc..; para que una vida que se ha salvado merezca la pena ser vivida.


Enlaces de interés:
Web de FEDACE

Dr. Antonio Yusta Izquierdo
Neurólogo. Unidad de daño Cerebral
Instituto de Enfermedades Neurológicas de Castilla La Mancha